La tecnología ha avanzado a pasos de gigante. Todavía hay mucha gente que no se ha terminado de convencer de la importancia de tener su página web, mientras que otras personas ya están compitiendo por hacerse un hueco en los resultados de los buscadores.
El sistema de venta que propone Internet también ha cambiado. Antes comprábamos en tiendas físicas y aunque seguimos haciéndolo, las tiendas online se han hecho un hueco en nuestra vida. De hecho, se calcula que ya casi un 33% de las ventas se hacen a través de este método.
Aunque parece que esta forma de venta haya sido introducida hace poco, desde el punto de vista del marketing y la tecnología, el concepto ya ha quedado bastante anticuado.
Aquella tienda que quiera vender online tiene que estar a la última en cuanto a todas las posibilidades que ofrece la red.
Redes sociales: Las redes sociales llevan ya mucho tiempo con nosotros y hoy en día es imprescindible que un negocio tenga su propio perfil en estas plataformas. Si no estás en redes como Facebook o Twitter, directamente no existes.
Ya hemos aprendido que no vale únicamente con crear un perfil y dejar que crezca por sí solo, sino que habrá que hacerlo crecer de forma regular, informar sobre sus actividades y gestionar cualquier cosa relacionada con el negocio en cuestión.
Imágenes: Las imágenes también son un recurso importante de las tiendas online. Digamos que forman el escaparate virtual, lo que el cliente querrá ver antes de tomar la decisión de si se decanta por uno o por otro artículo.
Por ejemplo, si queremos comprar tecnología, artículos sexuales, incluso hasta comida, tenemos que ver lo que vamos a llevarnos a casa.
No valen unas fotografías poco definidas o con una calidad baja. Los detalles se deben de cuidar de manera específica para obtener los mejores resultados en ventas.
Trato con el cliente: Este es otro de los elementos que más ha cambiado en estos años. Las tiendas online crean una completa plataforma desde la que atienden cualquier duda que el cliente pueda llegar a tener. Dan atención tanto a través de las fórmulas tradicionales (por teléfono), como mediante un formulario de texto, a través de las redes sociales, con un sistema de chat integrado en la propia página, etc.
Tenemos que reconocerlo: antes nos daba miedo comprar por Internet, ahora no. Temíamos que nuestros datos personales pudieran estar en juego, que alguien se hiciera con nuestros datos bancarios, no encontrar la ayuda que pudiéramos necesitar durante el proceso…
Gracias a la apuesta en atención al cliente, cada persona puede comprar desde casa y consultar con un verdadero experto en su campo. Podrá hacer cualquier pedido y recibirlo sin ni tan siquiera tener que salir de su hogar.
Crear una tienda online que respete estas máximas no es nada sencillo. Nuestra recomendación es que apuestes por un servicio de diseño de tiendas online, como Dipe. Así empezarás con buen pie en este mundo tan competitivo.