Esta es una pregunta que parece ser, se está popularizando en los últimos meses, especialmente entre emprendedores que crean nuevas empresas y quieren que estas sean populares en tiempo récord.
El afán de conseguir ésta popularidad instantánea lleva a algunas empresas a comprar seguidores, obviamente falsos. Esta técnica se conoce como “astroturfing» y consiste en la falsificación de movimientos y tendencias a través de las redes sociales.
Los usos más habituales son, emprendedores que buscan repercusión, publicistas cuyo objetivo suele ser inflar los datos de sus campañas e incluso celebridades y políticos que buscan mostrar una popularidad que realmente no tienen.
El comprar seguidores está al alcance de todos, diversas plataformas ofrecen estos servicios , como por ejemplo, gana 10.000 seguidores en twitter en tan solo 48h por 80 $.
Estos seguidores son falsos, se les conoce como bots o zombies, no hay nadie detrás de esas cuentas, son creadas de forma masiva por programadores con conocimientos de hacking.
Los argumentos que se usan para vender este servicio se basan el factor psicológico y mantienen que los seguidores reales estarán más dispuesto a seguir a una marca con un gran número de seguidores.
Pero cuidado, los seguidores falsos, además de no aportar interacción a la marca pueden generar una reputación negativa de la misma, ya que existen herramientas como Twitter Counter, que permite comprobar la veracidad de los fans de una cuenta.
Un caso celebre es el de Mitt Romney, candidato a la presidencia de EE UU en 2012, su cuenta de Twitter ganó más de 100.000 seguidores en un sólo día, algo que obviamente llamó la atención y por lo que resultó ser noticia en los principales medios periodísticos del mundo, en plena candidatura.
