El inbound marketing y el outbound Marketing son dos conceptos claramente diferentes. Se tratan de maneras distintas de entender el marketing y son perfectamente compatibles entre sí. Dependiendo del producto o de la situación, puede ser más producente utilizar uno u otro pero en la mayoría de los casos, una buena combinación de ambos, puede terminar resultando determinante.
Pese a ello, tal vez el inbound marketing, según las estadísticas, ha sido uno de los más preferidos por muchos economistas en detrimento del outbound pero lo que está claro, es que cada uno, tiene su lugar. Vamos a verlos al detalle.
Inbound Marketing
Cuando hablamos de inbound marketing, estamos hablando de un marketing que centra su especial atención en el cliente, en donde se pretende poder mostrar al mismo, una serie de contenidos que le resulten interesantes, de tal forma que sea el mismo, por su propio pie, el que termine por acudir a nosotros.
La importancia de este marketing radica, a diferencia del outbound marketing, es que al cliente no se le interrumpe, si no que se le atrae. Es decir, tratamos de ganar su atención a base de contenido interesante y no pretendemos ni interrumpirle, ni bombardearle con todo tipo de propaganda.
Para ello, lo hacemos mediante un tipo de comunicación interactiva en donde en base a este contenido interesante, se le posibilita establecer un contacto para conocer de primera mano tanto sus necesidades, como opiniones acerca del producto. En este sentido, lograremos llegar a un público más cualificado y que sobre todo, consiga interesarse de una mayor forma sobre nuestro producto, puesto que para ello, hemos realizado un estudio previo acerca del consumidor tipo para nuestro producto.
Además, teniendo en cuenta esta interacción del usuario con nuestro producto, conseguimos unos resultados que se pueden medir, de forma que podemos tomar diferentes decisiones de mejora de cara al futuro.
Outbound Marketing
Al contrario que el Inbound marketing, el outbound marketing centra toda su atención en el producto. De esta forma, lo que se pretende es mostrar las características y beneficios del mismo para que el cliente lo encuentre relevante. Estamos ante un marketing más agresivo, que interrumpe la tarea y que se presenta cuando menos se lo espera, puesto que no hace falta que el cliente busque información acerca de nuestro producto, ya que seremos nosotros mismos los que se la mostraremos.
De esta forma, mediante este marketing tratamos de llegar a un público más masivo. Sabedores de que es un marketing que obtiene menos respuesta por parte del cliente, a cuanta más gente se llegue, mucho mejor. Sin embargo, esto hace que se trate de un marketing menos personal y que la comunicación sea únicamente direccional, puesto que nosotros no recibiremos ninguna respuesta por parte del cliente.
El objetivo del mismo es simple y llanamente vender y debido a la gran cantidad de canales que utiliza, es bastante complicado de medir.
En definitiva, como se puede ver, contamos con dos tipos de marketing opuestos, que pueden ser más o menos relevantes según la propia actividad de la empresa, el periodo, o la estrategia que comprenda.
