Neuromarketing: el curioso caso del supermercado

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Un claro ejemplo de neuromarketing que todos conocemos es el caso del supermercado.

Normalmente acudimos al mismo con la intención de comprar ciertos productos, pero cuando salimos del él, llevamos muchos más que no teníamos pensado comprar.

¿Alguna vez os habéis hecho estas preguntas?: ¿Porqué lo que buscamos siempre está al fondo? ¿Porqué cambian las cosas de sitio?

Neuromarketing supermercado

Todo tiene su porqué: el carro tiende a irse a la izquierda para dejarnos libre la mano derecha que, en general, es con la que cogemos los productos. Además, el marketing olfativo también juega un papel muy importante en el supermercado, está demostrado que el olor a pan recién hecho nos abre el apetito y compramos más cuando tenemos hambre.

Los artículos de primera necesidad suelen estar ubicados estratégicamente para que tengamos que recorrer gran parte del supermercado para llegar ellos, normalmente están separados entre sí. En ese trayecto hemos recibido gran cantidad de impactos visuales, sensaciones de oferta,  precios acabados en 5, 7, ó 9, la palabra gratis… que hacen que no podamos evitar añadir nuevos productos al carrito.

Además, normalmente, los productos dirigidos a niños suelen estar a la altura de sus ojos, así como los productos a los que quieren que prestemos más atención los adultos, también están ubicados estratégicamente. Gracias a las estrategias de neuromarketing, todo está pensado para que nos sea muy difícil salir del supermercado sin haber comprado más de lo previsto.

Al final, nos encontramos con que, por ejemplo, íbamos a comprar el pan y la leche y llevamos al menos 10 productos que no teníamos previsto adquirir. Pura estrategia de neuromarketing, ¿verdad?

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